El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático afirmó en un informe especial de 2018 que los países deben reducir las emisiones de dióxido de carbono a “cero neto” en 2050 para limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales. Sin embargo, hay menos consenso sobre qué sustancias están cubiertas por el “Net zero”. Esto crea una importante ambigüedad, y los países y organizaciones definen la frase en función de sus criterios. Acordar una definición es esencial para la rendición de cuentas, pero lo más importante es que sin ella no se podrá alcanzar el objetivo del acuerdo climático de París de 2015 de limitar el calentamiento a 1,5°C o 2°C para mediados de siglo.
Joeri Rogelj y sus colegas del Imperial College de Londres han demostrado claramente cómo las diferentes definiciones y vías para llegar a la red cero pueden dar lugar a resultados muy diferentes. Reducir las emisiones de CO2, por ejemplo, detiene el calentamiento, pero el CO2 que ya está en la atmósfera permanecerá durante cientos de años. Al mismo tiempo, la reducción de otros gases de efecto invernadero puede tener un impacto más rápido en el calentamiento. Pero incluso así, eliminar estos otros gases es más complicado que reducir el carbono.
Los investigadores también advierten que las cantidades relativas de estas reducciones de emisiones afectarán a los índices generales de disminución de los gases. Incluso si se reducen las emisiones, es posible que las temperaturas no empiecen a bajar en algunos escenarios. El equipo tiene razón al pedir que se aclaren tres áreas políticas: el alcance de las reducciones de emisiones, la adecuación y la equidad, y los pasos concretos hacia las emisiones Net zero. Sin hitos intermedios, un objetivo para 2050 o 2060 carece de sentido.
El acuerdo climático de París se aplica a todas las emisiones de gases de efecto invernadero, pero los países participantes no han acordado cómo reducir las emisiones o medir las reducciones. La cumbre de Glasgow dará prioridad a los acuerdos sobre ambas cosas, pero el vacío informativo de seis años ha dado lugar a múltiples interpretaciones y opciones. Así, a diferencia del compromiso de la UE, el plan de China se centra únicamente en las emisiones de CO2 y excluye el metano y el óxido nitroso. Además, el plan estadounidense aún no ha especificado qué gases estarán cubiertos.
Las empresas que prometen un nivel cero son igualmente complacientes en sus definiciones. Algunos definen el nivel cero como la eliminación de los gases de efecto invernadero en todos los procesos, incluidas las medidas para compensar las emisiones anteriores. Otros, como los bancos de inversión y las empresas de combustibles fósiles, seguirán invirtiendo en combustibles fósiles mientras prometen políticas de cero emisiones en otras áreas de sus operaciones. Y esto está recibiendo muchas críticas, sobre todo por el inspirador movimiento de huelga del clima escolar, Viernes por el Futuro.
Hay que minimizar los riesgos
También es motivo de controversia el término ” Net zero “, que se refiere al balance de emisiones producidas y eliminadas. Anteriormente, los países de altas emisiones podían compensar sus emisiones con la ayuda de los países de bajas emisiones en virtud de unas normas que expiraban en 2020. Para que se hagan una idea, podrían comprar y vender carbono como si fuera una mercancía en una de las muchas bolsas de comercio de carbono establecidas en todo el mundo. El comercio de carbono permite a los países con altas emisiones reducir sus emisiones netas sin reducir el total de carbono emitido a la atmósfera. Estos países también podrían reclamar créditos de carbono si invierten en energías renovables o plantan árboles en países con bajas emisiones.
Sin embargo, si los grandes emisores recurren a estas medidas con más frecuencia, el mundo podría alcanzar el Net zero sólo en un sentido técnico. El objetivo de París de limitar el calentamiento global tiene menos posibilidades de alcanzarse si estos países no reducen drásticamente sus emisiones. El riesgo es que el mundo se caliente, lo que supondría una mayor carga -como la aceleración de las medidas de adaptación al clima- para los países vulnerables al clima. Esta es una posibilidad real, y es una de las razones por las que los países más vulnerables del mundo, en particular los del mundo en desarrollo, están preocupados por el creciente uso de compensaciones para lograr emisiones netas cero.
Aunque todos los esfuerzos de descarbonización tienen algún valor, lo mínimo que debería ocurrir es una mayor transparencia sobre cómo los países están logrando sus ambiciones de cero neto, porque esto permitirá a los investigadores calcular con mayor precisión lo que estos compromisos significan para cumplir el objetivo del Acuerdo de París. Lo que el planeta necesita urgentemente son normas acordadas y un mecanismo de control fiable.
Es fácil hacer promesas de Net zero, especialmente cuando las naciones y organizaciones implicadas pueden establecer los parámetros de esa promesa. Sin embargo, una promesa que no incluya reducciones significativas -en lugar de más compensaciones- aumenta el riesgo de que el cambio climático catastrófico sea inevitable.
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