El acceso desigual a los alimentos en el mundo hace que el hambre sea una de las principales causas de muerte en el planeta. Las agriculturas sostenibles con técnicas modernas pueden resolver este problema siempre que se garanticen sistemas de distribución justos.
Con esto en mente, se creó la Agenda 2030 para desarrollar objetivos sostenibles en el mundo y acabar con algunos de los problemas crónicos a los que se ha enfrentado nuestra sociedad.
El segundo objetivo de la Agenda 2030 es acabar con el hambre, y para ello se han creado algunos objetivos.
El primero es garantizar el acceso universal de todas las personas, especialmente las que se encuentran en situación de vulnerabilidad, a alimentos con buenas fuentes de proteínas durante todo el año. Esto también incluye acabar con las causas de la malnutrición y satisfacer las necesidades de las niñas, las mujeres embarazadas y los ancianos.
El segundo es duplicar la productividad y los ingresos de los pequeños productores de alimentos, garantizando así la aplicación de métodos agrícolas que aumenten la producción y ayuden a fomentar los ecosistemas.
Otro de los objetivos de este plan para erradicar el hambre se basa en la diversidad en la producción de alimentos, garantizando también un acceso justo a la asignación de este recurso. Para ello, hay que aumentar la inversión en infraestructuras agrícolas y desarrollar tecnologías genéticas para plantas y animales, aumentando la capacidad de producción rural en países de todo el mundo.
El último objetivo, pero no por ello menos importante, es evitar las restricciones comerciales en los mercados agrícolas en general para garantizar el buen funcionamiento de los mercados de alimentos y ayudar a controlar la alta volatilidad de los precios de los alimentos.
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